Varios dispositivos se han integrado tan estrechamente en nuestras vidas que a veces ni siquiera te das cuenta de cuánto te apegas a ellos.
Foto de adme.ru
El otro día me encontré con una selección simplemente magnífica de imágenes de AdMe, que mostraban la dependencia de la gente moderna de los dispositivos. Él se rió de buena gana y se olvidó. Y ayer mismo sentí por experiencia propia lo ciertas que resultaron ser estas caricaturas irónicas.
Recientemente, un médico me recetó que fuera a fisioterapia, pero nunca había estado en estos procedimientos, así que ni siquiera sabía qué estaban haciendo allí. En resumen, se le enganchan los electrodos y luego se le pide de 20 a 30 minutos para sentarse o acostarse y no moverse. Un procedimiento de rutina común, pero a primera vista.
La belleza de la fisioterapia es que no se puede utilizar ninguna técnica, se hace por seguridad. Como resultado, simplemente te quedas ahí y ni siquiera puedes escuchar música. Y ya sabes, se me ocurrió el deseo de usar un teléfono inteligente o un libro electrónico, probablemente casi cada minuto. Intelectualmente, entiendo que no vale la pena hacerlo, pero todavía aparece una especie de “impulso”.
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Al mismo tiempo, no puedo decir que pasaría tiempo con un teléfono inteligente con un beneficio particular en estos 20 minutos. Sí, revisaría mi correo y redes sociales, leería mis bandas y sitios favoritos, tal vez vería una película o escucharía música, pero eso es todo. Y sin embargo, cuando no estás haciendo nada, el tiempo pasa muy lentamente. Así que mañana me llevaré un libro de papel normal.
Para ser honesto, me sorprendió sinceramente mi propia reacción al separarme de un teléfono inteligente durante literalmente 20 minutos. No esperaba estar tan apegado a él.
Otro buen ejemplo de este tipo de dependencia es el tiempo de pantalla en un teléfono inteligente. Esta información se usa generalmente para estimar cuánto tiempo funciona el dispositivo con una sola carga, pero decidí considerarlo de una manera diferente. De hecho, estos números nos dicen cuánto tiempo al día nos sentamos, enterrados en un teléfono inteligente, y observo que dos o tres horas siguen siendo cifras muy pequeñas, para algunos incluso llegan a seis horas al día. ¡Un cuarto de día al teléfono!
Sin embargo, no creo que esto sea motivo de pánico, más bien, solo una observación interesante, porque un teléfono inteligente ahora está reemplazando en gran medida a una computadora, por lo que no es sorprendente que la gente pase cada vez más tiempo con él. Al final, antes este tiempo lo pasaba sentado frente a la computadora, ahora acaba de llegar la era móvil.
¿Alguna vez ha tenido situaciones en las que la falta de un teléfono inteligente a mano fue especialmente notable y causó ansiedad (no se trata de cuando necesita comunicarse con alguien con urgencia, pero el dispositivo está muerto)? ¿Cuántas horas pasas con tu dispositivo al día? ¿Qué opinas de una 'movilización' tan global?